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Adriane Gouvea

Cientista Social, egresada de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Estudiante de Doctorado y Maestría en el Programa de Posgrado en Sociología y Antropología (PPGSA/UFRJ) de la misma institución. Actualmente, es profesora de Sociología en la Secretaría de Educación del Estado de Río de Janeiro (SEEDUC-RJ) e investigadora del Centro Latinoamericano de Investigaciones en Educación Superior (CELapes), donde realiza investigaciones sobre la diferenciación y diversificación de los sistemas de educación superior.

Educación a distancia: sobre algunos datos y grandes desafíos

Hay pocos temas en el ámbito educativo que intensifiquen los debates y polaricen tantas discusiones como la educación a distancia (EaD). Y el despertar de un mayor interés sociológico por esta modalidad, presente en todos los continentes, no se produjo de repente. En primer lugar, porque desde hace años asistimos a su crecimiento en la educación superior brasileña, significativamente acentuado tras la implementación del Decreto 9.507/2017. Además, no podemos olvidar el innegable impacto que la irrupción de la pandemia de Covid-19 ha tenido en los sistemas educativos. Un fenómeno vivido de manera muy diferente entre las instituciones universitarias públicas y privadas del país, pero que, en general, despertó la curiosidad no sólo de los investigadores, sino también de la población sobre las características, prácticas y efectos de la educación a distancia.


Según análisis obtenidos de datos recientes del Censo de Educación Superior, en 2024, si se confirman las proyecciones, tendremos más estudiantes universitarios matriculados en cursos a distancia que en cursos presenciales. Otro ejemplo de la solidez de esta compleja modalidad, altamente concentrada en instituciones privadas con fines de lucro, cuyo tamaño y regulación, proporcionalmente, no encuentran apoyo comparativo con ningún sistema de educación superior en países latinoamericanos, como Argentina, Chile, Uruguay y Perú. ¹ . Una invitación a preparar reflexiones que destaquen sus avances y principales desafíos, un ejercicio de evaluaciones justas que contribuyan a un debate productivo sobre la educación terciaria en Brasil.


La educación a distancia registra actualmente más de 3,7 millones de inscripciones en cursos de pregrado en todo el país y atiende a un perfil de estudiante más democrático en comparación con la educación presencial. Es decir, son estudiantes que tienen un menor desempeño en el análisis de diferentes capitales sociales, ya sean económicos y/o culturales. Un ejemplo reciente fue la publicación del perfil de los egresados de 13 carreras participantes en el Examen Nacional de Desempeño Estudiantil (ENADE) 2022, por parte del Ministerio de Educación, en noviembre de 2023.

La educación a distancia concentra un número de graduados más pobres. Es decir, el 75% de sus estudiantes evaluados perciben un ingreso de hasta 4,5 salarios mínimos, mientras que los de la modalidad presencial representan el 65,2%. En cuanto a la edad, el 52% de los graduados presenciales se encuentran en el grupo de edad de hasta 24 años, categoría que cubre sólo el 19,1% de los estudiantes remotos. Es decir, el 59,3% de los estudiantes de EaD se distribuyen entre los rangos de 25 a 30 años (25,6%) y 31 a 40 años (33,7%), caracterizándolo como un segmento de mayor edad. Además, los datos nos muestran que los egresados, independientemente de la modalidad, también son trabajadores. Pero con algunas diferencias: mientras el 68,9% de los estudiantes presenciales trabaja, el 42,4% trabaja de alguna manera durante 40 horas o más. Por otro lado, tenemos el 85,7% de los estudiantes trabajando en educación a distancia, con el 67,1% de los graduados trabajando en roles que duran 40 horas o más. Hallazgos muy similares que corroboran otras investigaciones que involucran el perfil socioeconómico del tema.


La capacidad de mayor inclusión que resulta de la educación a distancia es innegable. Ciertamente, un número importante de estudiantes no asistiría a la universidad si no les fuera posible compatibilizar el trabajo, los viajes y las obligaciones de la vida cotidiana con los estudios. En algunos municipios brasileños, la educación a distancia es la única alternativa posible al ingreso a una institución de educación superior. Estas características, asociadas a una cuota mensual, que en promedio es más económica que la que se encuentra en la modalidad presencial, hacen de la educación a distancia una opción muy tangible para los ciudadanos. Sin embargo, no basta con garantizar la inclusión, es necesario desarrollar mecanismos que permitan un aprendizaje de calidad, la retención de las personas y el desarrollo de habilidades para una buena inserción en el mercado laboral. Y esta cualidad ciertamente permea no sólo una estructura jurídica que garantiza su funcionamiento, sino también la construcción de materiales didácticos elaborados por diferentes medios y que abordan los contenidos de una materia con la misma densidad que la enseñanza presencial, una enseñanza que comprende los elementos de un ambiente de aprendizaje y cuenta con condiciones materiales para realizar su trabajo, tutores capacitados y calificados para aclarar las dudas de los estudiantes y un sistema de evaluación que garantice que el estudiante haya adquirido, en cada materia, conocimientos equivalentes a los que tendría en el aula ( Bielschowsky; Foguel, 2022).

En este ámbito aún poco conocido en el campo de la sociología de la educación es posible encontrar buenas ofertas de educación a distancia. Un ejemplo fue el desempeño de los estudiantes de EaD en las IES agrupadas en el Consorcio Cederj para Enade en el ciclo 2017-2019. Según Bielschowsky y Foguel (2022), ningún estudiante evaluado estaba en cursos con concepto insuficiente de Enade 1 o 2, y solo un tercio de ellos estaba en cursos con Enade 3. La mayoría estudió en cursos con Enade 4 o 5. Sin embargo, en la investigación “Análisis comparativo de desempeño entre modalidades presenciales y a distancia”, de los profesores Bertolin y Bittencourt (2023), sobre los resultados de los promedios generales de los llamados Componentes Específicos, obtenidos por los participantes en cursos de la diferentes modalidades de ENADE 2022, tenemos hallazgos mucho más modestos. Se observa un desempeño significativamente desfavorable para los estudiantes matriculados en la modalidad de educación a distancia. Incluso segmentando los datos entre los sectores público (federal) y privado (con y sin fines de lucro), y percibiendo una aproximación de resultados entre las modalidades, persiste un análisis negativo del desempeño de la educación a distancia. Un hallazgo observado para todos los cursos analizados, aunque la calificación, en sí misma, no es un indicador de calidad. Pero demuestra que existen importantes discrepancias que debatir² .


Como lo demuestran Bielschowsky y Foguel (2022), ya se intentaron revertir este desempeño desfavorable de la educación a distancia, especialmente en las universidades privadas, entre 2003 y 2007, cuando se firmaron una serie de Términos de Ajuste de Conducta (TAC), con el objetivo de remediar deficiencias. , culminando con la desacreditación de algunas instituciones y la recalificación de otras. Después de un largo paréntesis, observamos un nuevo esfuerzo gubernamental para contener las consecuencias de este intenso proceso de desregulación vivido en los últimos años, que tuvo como resultado la creación de hubs en condiciones inadecuadas y sin una supervisión efectiva. La acción incluyó la suspensión de la acreditación de 16 cursos de educación superior a distancia en el país, durante los próximos 90 días, además de la interrupción de

Implantación de nuevas carreras. Un tema que no estuvo presente en la consulta pública que también comprendió estas actividades y que finalizó en noviembre .

La iniciativa no gustó a las entidades representativas involucradas, que temen el cierre total de los cursos de educación a distancia y propusieron un debate más transparente en relación a los resultados establecidos por la consulta pública sobre la educación a distancia. Por otro lado, el MEC puede encontrar algunos obstáculos para reformular el marco regulatorio de la modalidad, ya que puede haber un conflicto de intereses, ya que muchas instituciones privadas afectadas por la medida tienen representantes en el Congreso. Además de estas observaciones, otro hecho ha llamado la atención de los expertos en la materia: la importante concentración de la matrícula de la modalidad en manos de grandes grupos educativos privados. En 2018, estas grandes organizaciones ya acaparaban el 48,1% de las matriculaciones del sector. Sumando sólo la modalidad a distancia, esta concentración alcanzó el 82%. Y así se ha mantenido a lo largo de los años. Lo cierto es que el modelo adoptado por estas organizaciones poco ha contribuido al buen desempeño de los estudiantes en el ENADE 2016/2018. Bielschowsky (2020), demostró que el 49,1% de los estudiantes matriculados en estas instituciones obtuvieron una calificación insuficiente (1 o 2), frente al 36,9% de otras instituciones privadas y el 15,8% de las públicas. Sin olvidar el alto índice de abandono estudiantil en los primeros años de carrera. Ante una situación tan compleja, urge debatir e implementar nuevas regulaciones para la educación a distancia, asegurando la permanencia de buenas instituciones que la ofrecen y frenando establecimientos depredadores que apuntan exclusivamente al lucro, la reducción de costos y el poco compromiso con la educación.

1 Primeros resultados de la investigación “Diversidad y Equidad en la Educación Superior en Países de América Latina” desarrollada por investigadores del Centro Latinoamericano de Investigaciones en Educación Superior – CELapes (2023).

2 Los investigadores destacaron algunas especificidades de esta encuesta como, por ejemplo, el menor número de graduados que respondieron provenientes de educación a distancia y la decisión de optar por trabajar con los análisis de cuatro carreras (Administración, Ciencias Contables, Servicio Social y Tecnología en Recursos Humanos). Gestión), con el objetivo de no perder representatividad para las comparaciones, permitiendo un número de titulados que permitiera futuras desagregaciones por indicador social. Además, observaron que el universo de análisis se centró en el sector privado, ya que el 97% eran instituciones del sector y el 85% pertenecía al sector privado con fines de lucro.

Referencias:
BERTOLIN, J; BITTENCOURT, H. Análisis comparativo del desempeño entre modalidades de aprendizaje presencial y a distancia. Resultados ENADE 2022 Ministerio de Educación. YouTube. 31 de octubre. 2023. En:
https://m.youtube.com/watch?v=43oDBz5gmhs&t=13838s . Consultado el: 20 dic. 2023.


BIELSCHOWSKY, CE Tendencias hacia la precariedad en la educación superior privada en Brasil. Revista Brasileña de Política y Administración de la Educación – Revista científica editada por la ANPAE, [S. l.], v. 36, núm. 1, pág. 241–271, 2020. DOI: 10.21573/vol36n12020.99946. Disponible:

https://seer.ufrgs.br/index.php/rbpae/article/view/99946 . Consultado el: 21 de enero. 2024

BIELSCHOWSKY, CE; FOGUEL, D. Esto no es educación a distancia. Correo
brasileño. 15/08/2022. En:
https://www.google.com/amp/s/www.correobraziliense.com.br/opiniao/2022/08/amp/5
029298-artículo-isto-nao-e-educacao-a-distancia.html
. Consultado el: 03 de enero. 2024.

Âncora 1
Âncora 2
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